lunes, 16 de enero de 2012

PRINCESA





Por el dulce camino
de la esperanza,
galopa brioso
un corcel azul.
Teñido de penas
avanza y avanza,
su corazón llora
y sobre sus alas,
pesan mil cadenas
que rompen su alma.
¡Oh,Dios de los cielos
déjame volar,
más de mil condenas
he cumplido ya!
Por todas las tierras
por donde pasé
siempre la he buscado
...y no la encontré.
Busco a la princesa
de mi soledad
la que me cautiva
y me hace llorar.
Busco a la princesa
de mi voluntad
y que me libere
de esta ansiedad.
He buscado en las tinieblas
y en el azul del mar,
he buscado en la guerra
y he buscado en la paz.
¿Dónde te escondes princesa?
¿En mis entrañas quizás?
¿O vives en el fuego de la locura
que abrasándome está?
Te reto bella princesa
que has hechizado mi vida
y juro que te encontraré
estés donde estés escondida.
Tu llama contra mi llama
mi esperanza contra tí,
tu poder contra mi alma
y la vida que te ofrecí.
¡Oh,dama de los abismos
mis labios gritan por tí,
no quiero estar en tus redes
sólo quiero ser feliz!
Cuando todo esto acabe
te prometo,extraña amiga
que tú estarás muerta
y yo...viva

                           19 de diciembre de 1988

La maté porque era mía


Este poema lo escribí cargada de rabia un día en que como tantos otros y por desgracia, un lobo disfrazado de cordero asesinó a su mujer. Hubiera preferido no tenerlo que escribir.   




La maté porque era mía
mía y de nadie más
mía mientras dormía
y mía al despertar
mía cuando sus ojos
ya no querían mirar.



Mía, sólo era mía
desde que la comencé a amar
y mía cuando sus pasos
quisieron dejarme atrás.

Fue mía en su agonía
fue mía en su marchitar
cuando su sangre caía
sintiendo la muerte llegar.

Fue mía desde aquel día
en que la conocí por azar
y en ese mismo instante supe
que la habría de matar.

Por siempre serás sólo mía
diez rosas te he de llevar
a una tumba oscura y fría
no me vayas a olvidar.

Siempre mía, siempre mía
repetía sin cesar
mientras el puñal hundía
diez  veces y ni una más.

                                                                                         Por fin mía, sólo mía
                                                                                         ya no te puedes marchar
                                                                                         ya no mirarás a nadie
                                                                                         ni nadie te mirará.

                                                                                          Mía porque eres mía
                                                                                          ya no lo puedes negar
                                                                                          siento crecer mi alegría...
                                                                                          ya nunca me dejarás.
                                                                                                        


A.B.B. 25 de noviembre de 2001



Podría odiarte tanto


Podría odiarte tanto
que acercaría la luna a tu tejado
para que su canto confundiera
tus sueños.
Podría odiarte tanto
que abriría la ventana de mis ojos
para que tu alma
se precipitara por ellos.
Podría odiarte tanto
que por la mañana mis labios
te dejaran sin besos
y por la noche mis besos
te dejaran sin sueños.

Podría odiarte tanto
que al acercarme a ti
mis manos silenciosas
robaran tu cuerpo
llevándolo a un lugar
sin espacio ni tiempo.
Podría odiarte tanto
que al alejarme caminando
tu inseparable sombra
siguiera mis pasos.
Podría odiarte tanto
que tu alma orgullosa
fingiera que me sigue odiando.
Podría odiarte tanto…
tanto, tanto, tanto,
que odiarte tan fuerte…
me hiciera daño.

A.B.B. 2 de agosto de 2006


Fuego



Este poema lo escribí un verano  en que los incendios  nos cercaban en Santiago de Compostela. Sentí mucha rabia


Quiero
 fuego al besarte
arder al devorarte
llamas en mis manos
humo al separarnos
ahogarme en tu cuerpo
respirar tu boca
que me piquen los ojos
al quitarte la ropa





No quiero
fuego en las ramas
arder en tu hoguera
llamas en la noche
humo en tu mirada
ahogarme en el bosque
respirar tu  venganza
que me piquen los ojos
de llorar tu hazaña.


A.B.B. 18 de agosto de 2006