sábado, 29 de diciembre de 2012

Epitafio de las palabras muertas


En este frío papel en blanco
descansan las palabras muertas
enterradas desde hace años
y que ahora, día tras día,
se empeñan en resucitar
como la naturaleza en primavera.
Bostezan, abren los ojos a la luz
y un tanto indecisas, echan a andar
sin rumbo, arrastrando las letras,
con el deseo de que alguien
se detenga a mirarlas a los ojos
y sin pudor las haga suyas.
A su paso esparcen hileras de semillas
traídas desde un pasado lejano
y con la tinta de los sentimientos
emborronan la virginal palidez de unas líneas,
dispuestas a cambiar el mundo frase a frase
o a volver a morir en el intento.
Si la suerte les acompaña 
y caen en mentes fértiles
crecerán sanas y bellas, 
su fuerza levantará pasiones
e incluso los papeles del tres al cuarto
querrán poseerlas por siempre.
Mas pobres de ellas si caen en mente obtusa
pues se perderán en el olvido
desposeídas de todo privilegio,
diluyendo sus lágrimas negras
en un mar profundo y oscuro
del que no podrán regresar.
Las palabras vuelven a nacer,
buscando signos que las acompañen
quien sabe hacia dónde,
para qué o por qué,
cargadas de ilusiones recién estrenadas
y sin miedo al silencio donde un día habitaron.

                                        A.B.B. 29 de diciembre de 2012