viernes, 22 de febrero de 2013

Pasiones Romanas - Maria de la Pau Janer


Hay libros que sin saber por qué, nos eligen. Piensas que tus manos han llegado a ellos por casualidad pero de antemano te estaban buscando. Eso me pasó con este libro. Caí en su trampa una tarde en la biblioteca y tuve que hacerlo mío para siempre. También sin saber por qué, siempre me he sentido atraída por ese barrio romano llamado Trastevere donde nunca he puesto mis pies. Acaso tenía que llegar hasta este libro.
Lo he releído varias veces y cada una de esas veces siento cosas distintas al pasear por sus páginas. Porque las palabras no cambian, están en el mismo lugar donde las dejé la última vez; pero mis sentimientos, estados de ánimo y mi manera de discutir o reconciliarme con la vida sí que lo hace.
Es la magia de los libros. El poder que esconden. Son capaces de transformarse para nosotros todas las veces que haga falta.

"Cuesta detener los pasos, escoger un sitio donde instalarse. Quizá son los lugares los que nos eligen a nosotros. A lo largo de la vida recorremos muchos. Descubrimos parajes luminosos, oasis de calma, hervideros en movimiento, desiertos. Algunos nos seducen; otros nos inspiran rechazo. A menudo sentimos desinterés, y poco más. A veces, un lugar nos ofrece un auténtico refugio. Entonces sabemos que no queremos reemprender la ruta, que estamos donde queríamos llegar. Es una sensación plácida, que nos hace sentir privilegiados, con la certeza de que hay un rincón que estaba esperándonos. Reconocernos en un espacio no es fácil.
Dana percibió que había encontrado un puerto en mitad de la tormenta. En el Trastevere, en una pensión de oscura escalera, el tiempo y el reposo curarían sus males. Se habían acabado los días de vorágine, los pasos inútiles, la mujer nómada que huye. La Osteria della Fonte era el remanso de agua dulce al que se acerca el ciervo herido".

16 de agosto de 2012



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