martes, 21 de mayo de 2013

La estupidez de las palabras


Considero cuando menos inoportuno y demasiado fácil, encasillar a alguien con una sola palabra. Deberíamos profundizar más. Por ejemplo, decir "estúpido" es poco apropiado cuando los hay estúpidos integrales, estúpidos a media jornada y estúpidos discontinuos. En el último grupo probablemente hayamos estado, estemos o estaremos cada uno de nosotros en algún momento por muy breve que sea nuestra estancia, en el de a media jornada también es factible si algún ser maldito no nos abre los ojos, pero, pero, pero, será casi imposible que formemos parte de los estúpidos integrales. Para ellos el señor Einstein, con toda su sabiduría, dijo aquello de "la estupidez humana no tiene límites".
Así es que, cuando sea necesario, no seamos vagos y rebusquemos palabras en los recovecos más escondidos de nuestro léxico. Seamos justos con quienes se lo merecen. No cuesta nada y todos lo agradeceremos.



20 de mayo de 2013

Hay tiempos

Ahí fuera la vida continúa con su frenética locura, pero hay momentos en que las heridas son demasiado serias incluso para los grandes guerreros. Quienes viven con intensa pasión no miden los riesgos, se vuelven demasiado confiados y bajan la guardia. Y de pronto se encuentran cara a cara con la tristeza, el desánimo y la desesperanza, sin saber de dónde han salido. Se ven envueltos en una batalla inesperada. Tres contra uno. Son hábiles y demasiado fuertes aun para la espada más valiente.
Es tiempo de retirarse, recobrar fuerzas, inventar nuevas estrategias y estar siempre alerta para que no nos vuelvan a apuñalar por la espalda. Es tiempo de asumir la derrota y aceptar la sinrazón de que la vida a veces te da donde más te duele y sigue su camino, sin detenerse siquiera a mirar si tu sangre ha manchado su rostro. 
Es el tiempo del descanso del que sabe que con él o sin él, ahí fuera la lucha continúa en un mundo que no está hecho a medida de los débiles y al que se tendrá que reincorporar en cuanto tenga fuerzas para seguir creyendo que todo puede cambiar si uno lo desea.




20 de mayo de 2013

No me conformo


No me conformo con la rutina de la infelicidad. La he vivido en mis propias carnes y uno se transforma de tal manera que llega a ser un desconocido para sí mismo. Cuando eso ha sucedido me he sentido como un pez que agoniza fuera del agua y que con sus últimas bocanadas se resiste a morir, aleteando en busca de lo que le da la vida. Y ahora lo he conseguido.
He perdido un sueño tras otro y aún así me niego a creer que se puede vivir haciendo que se es feliz sin serlo. Yo no pude. No he podido. Ni creo que nunca pueda. Hay momentos en que soy muy infeliz, pero sé que lo soy y por qué. Y por eso cuando soy feliz, también tengo la total seguridad de serlo. Lucho a pesar de los pesares, a pesar de los fracasos y a pesar de que hay derrotas que queman por dentro. 
Nunca he entendido lo de "más vale malo conocido que bueno por conocer". Si lo malo lo conozco y no me gusta, ¿por qué me ha de valer?. Corro el riesgo de lo que bueno nunca llegue, pero me deshago de lo malo. No me miento. Eso no me garantiza apenas nada, tan sólo que quien se acerca a mí sabe que voy vestida de sinceridad. Sin disfraces. Y que cuando siento, lo hago con todo lo que soy. Sí, soy una incauta y la vida no es fácil para los incautos...Pero algunas veces es bonita y cuando no lo es...es real.



15 de mayo de 2013