viernes, 5 de julio de 2013

Sonriendo leyendas


Acabo de ver Simbad: la leyenda de los siete mares, y he disfrutado más que los niños. Entre otras cosas porque sé lo que es que las dificultades te lleven al límite de desear rendirte, conozco el valor de esa amistad por la que darías todo, lo que significa entregar la piel que llevas dentro y no pensar en lo que puedas recibir a cambio, porque me resisto a renunciar a la aventura de escucharme a mí misma, y sobre todo sobre todo, porque sigo teniendo sueños por los que vivir a pesar de que la vida juegue a lanzarlos muy lejos de mí, a veces tanto que ni siquiera puedo ver dónde han caído.
Pese a todo, así soy y no reniego de mí misma. No he olvidado quién era. No me cambiaría por nadie. Nunca traicionaré a mi corazón ni escupiré sobre él, ni dejaré de confiar en que habrá un lugar para mí allá donde la luz vence a las tinieblas y donde el amor con mayúsculas recuerda que bajo ningún concepto debemos abandonar al niño inocente y sincero que escondemos en el sótano de nuestras miserias. 
No hay nada como una película de dibujos animados para emocionar y apasionar a un corazón, y perdonadme la arrogancia, puro y fiel como el mío.



27 de junio de 2013

Olvidando hacer memoria

Si olvidar es una manera de sobrevivir, ¿por qué perder la memoria es como dejar de existir?




27 de junio de 2013

La cobardía


Hay gente tan cobarde que ni siquiera es capaz de mirar a los ojos y decir "no te quiero". La hay que prefiere hacer como que no ha pasado nada aunque haya pasado, y la que no ha dejado que nada pase porque podía pasar. Pero el súmmun de la cobardía es negarse a una felicidad que se sabe cierta, por tener miedo a vivirla.

LA COBARDÍA

Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza!
¡Qué rubios cabellos de trigo garzul!
¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza
de porte! ¡Qué formas bajo el fino tul!...

Pasó con su madre. Volvió la cabeza:
¡me clavó muy hondo su mirada azul!

Quedé como en éxtasis...Con febril premura,
"¡Síguela!", gritaron cuerpo y alma al par.

...Pero tuve miedo de amar con locura,
de abrir mis heridas, que suelen sangrar,
¡y no obstante toda mi sed de ternura,
cerrando los ojos, la dejé pasar!

-Amado Nervo-



25 de junio de 2013