Ayer de vermute comprobé de la manera más tonta eso de que el grande se come al pequeño, la diferencia de clases, la sumisión y el conformismo. Sin caerme encima una manzana siquiera.
Había una paloma comiéndose un coscurro de pan y casi al lado un gorrión comiéndose unas migas. Los observé un minuto poco más, me dio un arrebato de rabia y empujé el coscurro con el pie al lugar donde estaba el gorrión.
El gorrión ni tocó el coscurro y volvió a las migas. La paloma fue hacia el coscurro y siguió comiéndoselo. Y yo me entristecí y volví a los vinos.
Vendrán días en que el peso que hoy te abruma se hará liviano. Vendrán días en que ese peso ya no será carga sino bagaje. Vendrán días, han de venir. Porque un alma que alberga sentimientos viles no brilla y un alma sin brillo es un tiempo marchito para quien lo soporta -Manolo García-
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