domingo, 11 de noviembre de 2012

Un sueño de piratas


Para Sisifo, que arrastra eternamente su peso por el mundo y ha decidido amadrinar todos mis partos.

Hoy me has hablado de cartas olvidadas
y he vuelto a cruzar océanos de tiempo
que han devuelto a mi orilla
los restos de un barquito de papel.
Con la cubierta engalanada
de palabras brillantes como el oro
y la bodega sobrecargada
por el peso de nuestros corazones
se hizo a la mar,
inconsciente del peligro 
de no llegar a puerto.
Se lanzaron salvas en su honor
mientras se elevaban cánticos 
por las ingenuas almas
a las que de antemano daban por muertas,
pues la proeza se convertía en locura
cuando no existía esperanza alguna de sobrevivir.
Izando la bandera de un amor
enaltecido por los vientos favorables
levó sus anclas, tratando de ahuyentar
a los negros espíritus que duermen
en las profundas aguas de la realidad.
Mas, ¡ay! los tristes augurios
no tardaron en cumplirse. 
En la breve distancia recorrida
entre la partida y el naufragio
nuestros inocentes corazones 
apenas tuvieron tiempo de poner a salvo
unos cuantos sentimientos
rescatados de una muerte segura.
Abrumados por la desolación
se escondieron y crecieron
ocultos en un páramo triste y reseco, 
donde cada respiración quemaba por dentro
y traía al recuerdo los aromas del mar.
Esperaron pacientemente
el momento de volver a su añorado hogar.
El camino era largo y duro; 
la oscuridad amenazaba cada paso
con su loca mirada asesina
y el reloj de arena abandonado en un rincón
se permitía arañar cada instante
con sus uñas de tiempo perdido.
Mas la luz se hizo paso a trompicones
entre la aglomeración de sombras
y encontró la manera 
de llegar al instante donde todo empezó.
Regresan con las manos cargadas de ayer
al lugar en que las heridas sanan,
vacilando apenas unos segundos 
al vislumbrar la corriente
que un día estuvo a punto de ahogarlos.
Pero el deseo es más fuerte que el miedo
porque quien ha conocido el mar
ya no será capaz de vivir 
sin sentir la fuerza del agua,
que caprichosa, crea y destruye a su antojo.
Porque naciendo hemos muerto,
y muriendo de nuevo hemos nacido.

                                               A.B.B. 11 de noviembre de 2012












3 comentarios:

  1. Hay luces que son necesarias, que deben sobrevivir...
    Impresionante dedicatoria a Sisifo!
    Achuchones a las dos!

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    1. Tú si que eres necesaria. Siempre presente y animándome con tus palabras y tu querer...
      Agradezco a las energías que mueven el mundo que nuestros caminos se hayan cruzado. Y no pienso borrar ni una sola de estas palabras, si te pones colorá...te joes ;).
      Achucharte es un placer.

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    2. Lo tuyo en Andalucía fue intenso... xagerá!jaajajajjaja ;-) (aunque es de bien nacidos ser agradecidos, así que, sí... gracias energías movilizadoras!!!!)
      Que veeeenga Sisifo! Que veeeenga Sisifo! Que veeeenga Sisifo! :D
      Achuchones más...

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