va goteando
todo aquello que un día
me fui callando;
una gota de duda,
dos de amargura,
tres de una pena
que siempre perdura.
Las veo caer
mojándome el dedo
como un pensamiento
de quiero y no puedo;
me roza la duda,
me ataca la pena
y de la amargura
mi mano se llena.
La aparto despacio
mojada y exangüe
y en fila de a uno
caen hacia el desagüe;
sabiéndome a salvo
ahora ya me atrevo
a pensar que mañana,
compro un grifo nuevo.
A.B.B. 18 de febrero de 2013