miércoles, 2 de enero de 2013

Miradas invisibles

Trepas a la cima de mis ojos
y te acercas con cautela
hasta el borde del abismo.
¿Qué quieres ver allá abajo
que aún no hayas visto?
El camino era arduo y yermo,
la desolación te tendió su mano
y tentado estuviste de rozar sus dedos,
pero no te rendiste.
Desde la distancia infinita
que a dentelladas me devoraba
te vi caer y rasparte el alma,
pero no te rendiste.
En la oscuridad, sin acertar a verte
te presentía y escuchaba tus ciegos lamentos
lanzados a tientas contra el viento,
pero no te rendiste.
Las fuerzas se te hicieron agua
y arrastrando paso tras paso
sudaste tus propias huellas,
pero no te rendiste.
Tu corazón se fue quebrando
por el frío de cada noche
que pasó a la intemperie,
pero no te rendiste.
Alzaste hacia el horizonte
tu mirada febril y fatigada
y mis ojos ansiaron ser tu reposo
porque no te rendiste.
Y ahora mírame, amor,
mírame y díme,
¿qué quieres ver allá abajo
que aún no hayas visto?
                                                A.B.B 2 de enero de 2013











3 comentarios:

  1. Supongo que siempre hay un algo de espíritu de lucha dentro... indomable, afortunadamente, a prueba de perezos@s y derrotistas... sí?
    Achuchones, luchadora!

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  2. Si no lo hay, no hay interés por vivir, ¿no?. Achuchones con besos luchadores ;)

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    1. Claro... por eso mejor que siga indomable, de nosotros es mejor no fiarse ;-)
      Más achuchones jeje

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