Déjame desnudarte con palabras
ansiosas de morir entre tus labios,
con manos cargadas de vocales
que sueñan con léxicos perdidos.
Lleguemos a un vergel de consonantes
donde los puntos y aparte no están permitidos,
cargado de palmeras cimbreantes
bajo el peso de lo que nunca te he dicho.
Perdamos la vergüenza entre sus diéresis,
saltemos los renglones prohibidos,
juguemos a asomarnos desde fuera
a un balcón de bellos adjetivos.
Robemos los acentos de perdones
que inquietan corazones malheridos,
subiéndolos a un carro de expresiones
de un gozo sin fondo y sin sentido.
Bebamos sin pensarlo de la copa
repleta de tiernos sustantivos,
que prometen frases venenosas
embriagadas de verbos desconocidos.
Déjame desnudarte con palabras,
ansiosas de morir entre tus labios,
con manos cargadas de vocales
que sueñan con léxicos perdidos.
A.B.B. 5 de agosto de 2012
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Vendrán días en que el peso que hoy te abruma se hará liviano. Vendrán días en que ese peso ya no será carga sino bagaje. Vendrán días, han de venir. Porque un alma que alberga sentimientos viles no brilla y un alma sin brillo es un tiempo marchito para quien lo soporta -Manolo García-
domingo, 5 de agosto de 2012
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Sucede que me quedo sin palabras para expresar un comentario... ni onomatopeyas, hija. Visualiza mis ojillos y mi boca abierta en muestra admirada...
ResponderEliminarAchuchones, Ana
India, con tus palabras me da la sonrisa tonta y la lágrima floja. Se pelean por ganar pero de momento están en tablas. ¡Gracias por tus ojillos y tu boca abierta!
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