No soy sexy, ni despampanante, ni voy a la última. Pero soy peligrosa y voy armada. Poseo el don maléfico de la palabra, cargado con munición procedente de los mismos abismos del corazón. Sus ráfagas pueden provocar lo peor. Pueden herir la sensibilidad e incluso matarla. No aptas para corazones débiles o fatigados. Y no es broma. YO NUNCA BROMEO.
A.B.B. 4 de julio de 2012
No te temo porque te creo :P
ResponderEliminarAchuchones
Haces bien, de no creerme tendrías que ir esquivando mis balas :P
Eliminar