viernes, 15 de febrero de 2013

Un arma peligrosa


No soy sexy, ni despampanante, ni voy a la última. Pero soy peligrosa y voy armada. Poseo el don maléfico de la palabra, cargado con munición procedente de los mismos abismos del corazón. Sus ráfagas pueden provocar lo peor. Pueden herir la sensibilidad e incluso matarla. No aptas para corazones débiles o fatigados. Y no es broma. YO NUNCA BROMEO.

A.B.B.  4 de julio de 2012


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